El tiempo que no tengo - Cronopatía-

Publicado el 2 de marzo de 2025, 19:45

Querer sacar el máximo provecho al tiempo, necesidad de estar continuamente ocupad@ y sobre todo pensar que se está perdiendo el tiempo sino se aprovecha en algún trabajo o actividad, estos son los principales rasgos del síndrome de la Cronopatía, en definitiva, la obsesión por el tiempo desde el punto de vista productivo.

Su nombre “Cronopatía” tiene origen en el dios griego del tiempo “cronos” y en “pathos” que significa enfermedad, aunque más bien hasta la fecha se considera un síndrome y no está recogido aun como enfermedad en los manuales oficiales, puede derivar directamente en alguna de ellas.

 

La Cronopatía es generadora de estrés y puede serlo de estados depresivos ya que puede llegar a generar frustración, fatiga, además de agotamiento físico y mental entre otros.

Como norma general la persona que lo padece no es consciente de ello, simplemente se limita a organizarse de manera que todo quede lo más preparado posible sin apenas margen de error, otra de las características de este síndrome.

En definitiva, una obsesión por el tiempo y por querer “casi controlarlo” que se extiende o padece más de lo que creemos en la actualidad, en una sociedad que vive con la sensación continua de la falta de tiempo, que siempre va corriendo de un lado para otro, presa de la inmediatez que está generando en todos nosotros un malestar casi irreversible y que no tardará mucho tiempo en dar gravemente la cara como mal social.

Saber identificarlo es clave para poner remedio, realmente no se es más productivo cuando se padece la Cronopatía ya que esto derivará en problemas posteriores, bien mentales o físicos, o los dos a la vez por supuesto, que entonces frenarán nuestra actividad o ritmo frenético, eso es importante saberlo, padecer Cronopatía NO es una virtud, no somos más productivos por ser cronopáticos, a veces la productividad nace desde la calma, desde el descanso, desde el pensamiento que tiene la capacidad de pararse a pensar o detectar cosas que desde la prisa continua no se detectan.

Como habrás escuchado más de una vez, los grandes inventos de esta humanidad han surgido desde la calma y no en estados de estrés.

 

Parar es importante, saber parar aún más. Este gesto forma parte de una buena gestión mental, de saberse auto gestionar y por qué no, auto dosificar. No sé si lo sabrás a estas alturas, pero no, no somos máquinas.

Cuando conocemos este concepto de la Cronopatía, si tenemos la capacidad suficiente para pararnos a observar lo haremos y nos analizaremos, entonces empezaremos a ver cosas que antes no veíamos, es verdad que hay momentos y obligaciones que pueden ser inamovibles por nuestra parte y a la que tenemos que atender casi diariamente, pero hay otros momentos que nos van a susurrar que estamos padeciendo cronopatía.

 

Cuando salía del trabajo intentaba descansar un poco, controlaba el tiempo del propio descanso para poderme dedicar un rato a la lectura, un rato que ya era un tiempo antes determinado para mí y que no podía excederse, porque sabía que a continuación tenía que ponerme a estudiar y después de estudiar, tenía que volver a trabajar o tenía cosas pendientes de hacer.  Si hacía meditación era un tiempo muy reducido sin casi margen de error por el mismo motivo, mientras iba de camino al trabajo o me duchaba intentaba terminar de escuchar ese podcast tan interesante que empecé a escuchar y que tanto me estaba enseñando. Cuando pasaba tiempo a solas me sentía mal sino estaba estudiando o sino continuaba la lectura del libro o no me sentía lo suficientemente productivo.

Conocí este síndrome y me identifiqué rápidamente. Además de reconocer que podía padecer Cronopatía empecé a observarlo en los demás y no dejé de asombrarme.

 

Quienes tenemos hijos cuando estos nos dicen “me aburro” nos hacen entrar en una batalla sin motivo contra el tiempo precisamente …

Tenemos que saber que aburrirse es necesario como dije anteriormente, la mente trabaja mejor desde el aburrimiento, desde la calma, se vuelve más curiosa y creativa, indaga, nos ayuda a regularnos emocionalmente, nos da descanso mental, desarrollamos ciertas habilidades, mejora la concentración y el autoconocimiento.

Si la estimulación no cesa en los niños estamos generando un estrés continuo y anulamos la calma necesaria para volverlos creativos, sin darnos cuenta, le empujamos a una Cronopatía prematura.

Aburrirse no es malo. Ya tendrán tiempo, precisamente de no tenerlo.

 

 

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