ANTES DE QUE SE ME OLVIDE

Publicado el 21 de septiembre de 2025, 19:10

Para hablar sobre la memoria humana tendría que extenderme algo mas (episódica, semántica, procedimental), pero la puedo resumir brevemente y entender en tres bloques.
La memoria sensorial es la que retiene, durante apenas unos segundos, la información que captan nuestros sentidos.
La memoria a corto plazo o de trabajo que permite mantener y manipular datos de manera inmediata, como cuando recordamos un número mientras lo marcamos y la memoria a largo plazo que almacena conocimientos, experiencias y habilidades durante años, e incluso toda la vida, permitiéndonos aprender, reconocernos y dar continuidad a nuestra historia personal.

Existe esta otra, la llamada (coloquialmente) memoria selectiva que no es un almacén aparte o memoria, sino el resultado de cómo nuestra atención y nuestras emociones priorizan ciertos recuerdos sobre otros y los filtra.

Creo y tengo la sensación de que siempre “tener buena memoria” o recordar muchos datos (memoria a largo plazo) se ha visto como una virtud y no sé hasta qué punto, quizás para almacenar conocimientos o de cara a exámenes por ejemplo pueda valer, pero esto que hablo lo vengo a relacionar con la gestión mental.

 

Me di cuenta no hace mucho de que mi memoria es escasa, por cierto hace poco hablaba con un amigo y le pasaba lo mismo así que empecé a normalizarlo. Es cierto que recuerdo cosas de cuando niño, de menos niño, situaciones, vivencias, gente, números, lecturas, cosas de trabajo, datos, pero mucho de todo eso se ha borrado de mi mente…

Creí que estaba perdiendo la memoria, en ocasiones (y no es memoria selectiva) apenas me acuerdo de lo que ocurrió hace tres días e incluso dos… y créeme, esa forma de gestionar la memoria ya me ahorró más de un conflicto.

Pero me puse a observar lo siguiente y hacer la comparativa que ahora cuento.

Empecé a comparar mi gran cabeza y mi pequeño cerebro como si fuera un PC, un ordenador de sobre mesa mismo, pero uno un poco antiguo incluso, con poca memoria, un Amstrad si me apuras. Empecé a darle prioridad al procesador (todo aquello que me es vital para mi supervivencia y la de mis seres queridos) y luego la memoria que queda es igualmente para no olvidar aquello que necesito cada día, trabajo, seguridad y no olvidarme de que la vida es aquí y ahora, eso si está grabado en mi memoria... y si acaso un par de cuplet y un estribillo.

Empecé a enviar directamente a la papelera aquello que no me aporta, que no me sirve, por ejemplo, odio, rencor, cosas que ocupan espacio en mi disco duro y que no me sirven, otras cosas directamente son borradas porque lo tengo tan automatizado que ni me las planteo, están en el caché un momento, pero se borran directamente, intento que no ocupe memoria aquello que no lo merece y que me puede hacer daño o ralentizar mi procesador, mi pensamiento o mi vida.

Entonces el concepto de tener memoria ya lo veo de otra manera y la verdad, me gusta el planteamiento, me gusta ser un pc lento, con poca memoria, pero efectivo, aunque a veces tenga que dejar las llaves en la misma puerta para que no se me olviden y no sé cuántos recordatorios más cada día, no me importa, tengo en una carpeta segura que protege los archivos que no se pueden borrar, los más importante porque entendí que mi memoria, aunque limitada, guarda lo que de verdad importa. No necesito acumular cada dato, me basta con conservar, bien protegido, lo esencial.
Porque al final lo valioso no es recordarlo todo, sino mantener vivo lo que da sentido, el cariño, la gratitud y la capacidad de decir “te quiero” mientras vivo el presente.

 

PD: No recuerdo si se me olvida algo.

21 de Septiembre día mundial del ALZHEIMER, todo mi apoyo.

 

 

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios